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 GEOGRAFIA:

CAMINOS:

ACEUCHE; ALBALA; ALBERCA DEL CERRO; LAS ALFORJAS; ALMOHARIN; BENQUERENCIA; EL BERROCAL; BOTIJA; CABRERIZAS; CACERES; CALLEJA VALHONDO; CALLEJA BURRERO; DE LAS CAÑADAS; DE TORREMOCHA; EL CAMPILLO; EL CAMPO; LOS CANCHALEJOS; LAS CANCHALERAS; CAÑADA DEL CANTO; CAÑADA MELLIZA; CERRO DEL TIO FELIX; CASILLAS; CERRO TOME; CHARCA PORCUNA; CHARCO LAS MENAS; CORTENCHANAS; CUEVA DE LA HERRADURA; DAMBASRAYAS; DEHESILLA; ESPARRAGUERA; ESPEJO; GUADALPERAL; LA HORCA; EL HORCAJO; HORNO DE LA TÍA REGAJERA; HUERTO DE LOS POLOS; JUNCOSO; LOS LABRADOS; LA MAGDALENA; LOS MAJADALES; LOS MAJANOS; MATAS DEL MOLINO; LA MINA; MOLINODE LA RUBIA; MOHADILLAS; MONTANCHEZ; EL MONTE; LOS PERIGALES; LA PEQUERA; LAS PIÑUELAS; LA PIZARRILLA; EL POCITO; POZO DEL ESPINO; POZO LAVAR; PUENTE CAPELLAN; REGATO LAVANDERO; REVUELO; LOS RINCONCILLOS; RIVERO; SALVATIERRA; TORIL; TORRE DE SANTA MARIA; TORVISCOSA; TRANCADERA; TRUJILLO; VALDELAGRULLA; VALTEMEROSO; VALVERDE; LA VEGA; VELLOSILLAS; LOS VENEROS; VEREDA DEL SAPILLO; VEREDA FUENTE DE LA HUERTA; CERRO DEL PRADO; ZAFRILLA; LA ZAMBRANA; ZARZA DE MONTANCHEZ; LAS ZORRERAS.


CHARCAS:

CASILLAS; LAS MALLAS; LA TORRECILLA; ALBERCA DE LA HOYA; CAÑADA DEL CANTO; EL REGAJO (se cegó definitivamente en el año 1.990); EL TORIL; EL POCITO.


POZOS:

TORVISCOSA; SAPILLO, CAMPILLO; LOS CHARCOS; ESPEJO; REGAJO; POZO AIRÓN; JUNCOSO.





PATRIMONIO:

VALDEFUENTES
Desconocemos a ciencia cierta cuáles fueron los orígenes de Valdefuentes; esto no es algo infrecuente si tenemos en cuenta que son muy pocos los lugares en los que con exactitud puede determinarse cuando comenzaron a existir asentamientos y de qué tipo fueron, pero no podemos dejar de hacer referencia a que incluso dentro de lo que es el poblado actual de Valdefuentes se han encontrado muchas y variadas representaciones de cultura que pudiera entenderse como prehistórica o como mínimo prerromana, piezas, vasijas, restos humanos…

De entre los aspectos que más destacan y a la vista están en Valdefuentes un nivel privilegiado ocupan sus edificios históricos, tenemos que hacer referencia a su rico patrimonio arquitectónico: fachadas emblemáticas y monumentos se abren a nuestra mirada testigos estáticos del pasado: El Rollo, El Palacio de Sande, La Audiencia y el Reloj, La Iglesia de nuestra señora de Bienvenida, el Convento de San Agustín…, nuestras heráldicas y esgrafiados, que representan glorias del pasado, pero que constituyen el orgullo del presente en las fachadas que elegantemente los lucen, y que nos hacen pensar que tenemos que preservar su estabilidad, su belleza para que permanezca inalterable en el tiempo, para que otros ojos, los más posibles, puedan contemplarlas en el futuro.

Puentes que en su día sirvieran de paso obligado en zonas de otro modo de difícil acceso en los alrededores del pueblo: Puente sobre el río Salor, La Puente Nueva, Puente del Capellán; Hoy más que nada y obviando el carácter práctico que aun puedan tener, sirven de recreo a la vista y al tiempo, de algún modo estancado bajo las aguas que debieron correr abundantes algún día por debajo de los ojos de estos puentes de origen romano.





ESGRAFIADOS DE VALDEFUENTES:

De todos los que alguna vez lo hayan visitado, Valdefuentes es conocida su belleza, la afabilidad de sus gentes y el entorno sin igual que propicia la histórica templanza que rezuma cada una de sus piedras, todo ese pasado que conjuga su existencia con el devenir cotidiano de los vecinos y que impregna con su esencia del espíritu de antaño cada una de sus calles y plazas.

En el más inesperado de los recodos, aparecen en Valdefuentes, de la misma manera que en la más explícita de sus calles el Esgrafiado$, una técnica de decoración sobre todo de exteriores, que como seña de identidad califica por sí solo al municipio y que embellece por doquier las fachadas y patios de las casas e incluso el Claustro del Convento de San Agustín con zócalo esgrafiado en negro sobre paredes blancas.

No es nada frecuente encontrar muchas representaciones de esta técnica en nuestros pueblos, si que puede existir algún que otro edificio decorado en alguna localidad, pero lo que no es nada habitual es que existan tantas y tan variadas formas de representación de esta técnica en la que Valdefuentes es auténtico privilegiado. Servían para embellecer, caracterizar y hacer de las fachadas de los edificios un especie de comunicación escrita que al igual que de adorno, de ornamento, sirviera para denotar circunstancias propias de la vida de cada uno; unas notas de comunicación geométricas que plasman la creatividad, el buen gusto y saber hacer conjugados.

El mosaico de piedra y color que muestran los esgrafiados en Valdefuentes permite adivinar el componente subjetivo pero no obstante tangible de la personalidad optimista de los vecinos del municipio, cómo sino de otro modo podrían crearse fachadas que produjeran tal sensación de alegría y ausencia de pesimismo y que dotaran al municipio de esa luz tan peculiar que se aprecia en las calles del pueblo los días soleados; constituyen un espectáculo para la vista.

Existen documentos y estudios que atestiguan que Valdefuentes puede considerarse el principal foco de utilización tradicionalmente histórica del esgrafiado como técnica decorativa, sirva de ejemplo la obra “Pueblos y lugares de España”, del autor Carlos Flores López, editado por Espasa Calpe (1991).

El esgrafiado es una técnica aún vigente, en cuanto no se ha perdido y pervive en el tiempo y con la que el pueblo se identifica, habiendo llegado a convertirse en una tradición capaz de superponer sobre el presente resquicios del pasado y conjugar tradición, cultura y presente en el tiempo.


CLAUSTRO E IGLESIA DE SAN AGUSTÍN (S XVII):

Edificio realizado sobre lo que fue el convento de San Agustín. Actualmente parroquia de San Agustín. En su interior destaca su retablo barroco, la pila bautismal y, principalmente el claustro de San Agustín, construido en 1791 y restaurado en 1998, también denominado como “pequeño escorial”.

EL PEQUEÑO ESCORIAL

En pleno corazón de la comarca de Montánchez, con un particular encanto, bien comunicado y el triángulo de lo que podrían considerarse poblaciones claves en cuanto a desarrollo, historia e importancia actual (Cáceres, Trujillo y Mérida), se encuentra Valdefuentes, un pueblo que ronda los 1500 habitantes dispuesto siempre a acoger al visitante y sorprenderle.

Un pueblo de tradición histórica singular cuya noticia en este aspecto más dominante esté representada por el asentamiento de la Orden de los Agustinos allá por el s. XVII y del que perviven muestras importantes como el Convento de San Agustín y su hermoso claustro (Convento de los Agustinos Recoletos de Valdefuentes) ubicados en “La Lonja” en lo que hoy se llama Plazuela o Plaza del Convento.

Las obras de construcción de este convento, se iniciaron en mayo de 1634, sufriendo interrupciones intermitentes hasta que a principios del s. XVIII (1721) la obra queda completa.

En la actualidad gracias a los progresivos cuidados a que se ha venido sometiendo sobre todo el Claustro, puede admirarse aunque no sea con su primitivo esplendor “El pequeño Escorial” como se dio a llamar el conjunto por su espectacular monumentalidad dentro de su austeridad monacal.

En el recinto del claustro se conjugan los fríos arcos de piedra con el color de las filigranas esgrafiadas en ellos y el frío húmedo de sus paredes y sus bóvedas, la obscuridad de los corredores, con la claridad que desborda la zona central. Un espectáculo de contrastes dignos de admirarse.

El Convento de San Agustín de Valdefuentes fue fundado en 1663 por Alfonso Lancaster, I Duque de Abrantes y Ana de Sande, II Marquesa de Valdefuentes. Perteneció a la Orden de los Agustinos de Recoletos. Llegó a tener 24 miembros religiosos con los conventuales del noviciado. En aquel entonces Valdefuentes tuvo hasta cuatro clérigos en la Parroquia. Este esplendor se eclipsó con la Desamortización de Mendizábal con la que se ponía fin a la existencia monacal en la Iglesia-Convento de San Agustín.

El edificio del convento fue comprado por el Ayuntamiento al Marqués Guillermo Carvajal y Jiménez de Molina, descendiente de los Marqueses que donaron las tierras para la construcción de iglesia y Convento y en la actualidad se ubican en parte de los terrenos del antiguo convento y alojamiento de los frailes, El Ayuntamiento, Correos, El Cuartel de la Guardia Civil y La Agencia de Desarrollo Local.

Se percibe con una simple mirada la uniformidad del enclave, existe una Lonja, elevada varios metros sobre el nivel de la calle a la que se accede por escalinatas situadas en los extremos y otra en el centro que se conserva y que coincide con la puerta de la Iglesia del Convento con un bello escudo que rememora la etapa monacal y el sello eclesiástico del edificio (en el puede apreciarse claramente el gorro obispal). Desde la parte posterior se accede por una leve rampa que hace coincidir el nivel del suelo, enlosado de bloques de granito, con el cemento de la calle.

En 1908, según cita el libro de D. Juan Solano, “Historia del señorío de Valdefuentes” el obispo de Badajoz, a cuya Diócesis pertenecía Valdefuentes D. Félix Soto y Mancera, igual que otras personalidades antes que él, denunciaba la situación de abandono en la que se encontraba el Convento y envía un emisario para observar el estado en el que permanecieron bastantes años el Convento y el Claustro en estado semiruinoso hasta que tras progresivas rehabilitaciones ha retomado su aspecto original.

Una de las sensaciones que produce a quien por primera vez ve el Claustro del Convento es que ese pudiera ser un escenario de uno de los “Cuentos de la Alhambra”. Adentrarte en la lonja, te hace pensar en el tiempo, en la muy diferente consideración que el tiempo de cada uno de nosotros tiene en relación con el tiempo real, el de las piedras, el tiempo con mayúsculas; te hace pensar en todos aquellos hombres y mujeres que fueron viviendo a lo largo de las diferentes etapas del estado del convento, que vivieron en este pueblo y pisaron estas piedras y que dejaron, aunque no se aprecia, su huella indeleble en ellas.

El bello enclave invita a perderse porque sí, dejando navegar en el tiempo inquietudes, pensamientos, ilusiones del siglo XXI; te lleva a retrotraer el espíritu de la edad de las piedras, y a pensar en los miles de muertos anónimos que han tenido relación en una u otra forma con ellas; ellas serenas, pacientes, majestuosas de alma dura y semblante eterno que miran, como a muchos otros, y son capaces, inertes, sin vida, de penetrar con su mensaje cargado de historia y de historias en mi pequeña historia un día.


EL ROLLO

Ya quedó señalado como ejecutoria y signo de la jurisdicción civil y penal del Señorío de Valdefuentes. Es un interesante monumento de piedra. Está compuesto por un grueso pilar cilíndrico de fino granito, con estrías de desigual relieve por el contraste que ofrecen las del tercio más bajo, con las del resto de la superficie. Se apea sobre base circular de doble bocel, de las mismas proporciones. El conjunto descansa sobre un basamento de tres gradas circulares. Es lástima que alguna de las piezas de este graderío, desapareciesen y fuesen igualados los huecos con cemento. El fueste no es enterizo, pero sus piezas están perfectamente conjuntadas, por encima del campo estriado sobresalen tres escarpias que representan tres cabezas de león insertadas en un tambor que lo remata a modo de capitel. En uno de los interespacios de este tambor, apenas perceptible por su poco relieve, va esculpida el águila de los Sande. Sobre la plataforma de esta última pieza se levanta un tronco de pirámide triangular y en la picota un búho que representa la vigilancia, aun en la oscuridad y la muerte. No hay constancia histórica de ningún proceso de reo que fuese ajusticiado y cuya cabeza colgase de alguna de las escarpias.

Este interesante monumento de piedra sufrió también algunas vicisitudes y deformaciones: la ya mencionada de sustituir las piezas de piedra por rellenos de cemento y la desaparición de la cabeza del búho que se ha querido igualar con un pegote de cemento que no representa ave ninguna, sino una extraña cabeza de niño, según explicó el autor, por haberlo interpretado así al confundir los gruesos muslos del ave con los de una criatura.

El Rollo cambió su ubicación en el año 1968, siendo alcalde Don Marcelino Ciriero Soleto, su ubicación anterior estaba junto a las fachadas que dan al este de la Plaza de España.


PALACIO DEL MARQUÉS DE VALDEFUENTES

Construido por orden del Marqués de Valdefuentes D. Alvaro de Sande por el año 1560. Hasta los años 20 el palacio era propiedad municipal, contaba con 14 soportales que daban a la Plaza de España y que fueron cerrados aproximadamente en el año 1928 cuando fué vendido. La fachada es de estilo Renacentista. Actualmente es de propiedad privada.


IGLESIA PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA BIENVENIDA

Obra del siglo XVII, de estilo Barroco. En ella se encuentra la imagen de la patrona de Valdefuentes. Esta construida en torno al barrio de Gurumeña, que destaca por ser el más antiguo de la localidad.


CHARCA Y ZONA CASILLAS

Paraje natural situado a unos 2,5 Km de la localidad sobre el río Casillas. Alberga varios molinos y charca con muralla construida sobre rocas. Todo el paraje se encuentra en fase de reconstrucción.


PUENTE ROMANO SOBRE EL RÍO SALOR

Situado a poco más de 1 Km de la localidad en dirección oeste. Se encuentra en buen estado de conservación.
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